EL HOMBRE ES EL LOBO DEL HOMBRE
Hace dos años alguien me preguntó: Qué sucede con los españoles, que maltratan y asesinan a sus mujeres? la respuesta fue que aquí sucedía lo mismo, solo que no se sabía. El tiempo por desgracia, me dio la razón y timidamente se empieza a denunciar y conocemos datos que avergüenzan al ser humano. La brutalidad de ciertas parejas no conoce fronteras.
ELLAS
Las golondrinas, llegaron
anuncian la primavera
la niña, las mira triste,
quisiera volar con ellas.
Subir, subir sin descanso
planear sobre la vega,
sentir el aire azulado
azotando su melena.
Ay, cómo le falta espacio!
Ay, cómo el alma flaquea!
cómo las dudas corroen
su joven vida agarena.
Devorando va caminos
que la llevan a la sierra,
sembrada de dudas locas
que la tiran de la meta.
Subiendo y bajando atajos,
encontró. Pobre de ella!
disfrazado de marido,
un macho, de mala yerba.
Con alma negro azabache;
aparentando quererla,
finge celos de cariño
para poder, ofenderla.
Dónde está la niña hermosa,
dónde su cara morena?
Qué fue de las ilusiones
entrenzadas y serenas?
Las dentelladas del macho
cobarde, perro de presa,
la destrozan, lentamente,
acabarán por vencerla.
Ella era una chica normal, en sus facciones se adivinada sus ascendentes moros, ojos grandes negros, como dos aceitunas, denotando alegría de vivir, alta, esbelta y con la belleza que tiene una joven, (por eso dicen que no hay 15 años feos) como defecto, si a esto se le puede llamar así, era pobre, claro que los sueños no tienen precio y sus ilusiones estaban en auge y como un pajarillo demostraba su alegría, bromeaba, proyectaba, jugaba y tonteaba, como cualquier muchacha de su edad; un buen día de verano exultando de alegría, comunicó que una tía que vivía cerquita del mar la llevaba de vacaciones, era como si hubiese tocado el cielo con la punta de los dedos, qué felicidad! el verano se prolongó algo más que lo previsto, motivo? el amor, cuando volvió a Chaves fue para casarse, o ya vino casada? la verdad es que no recuerdo ese detalle, él era, según decian de muy buenas familias, entendámonos, de buenas familias con posibles, que también hay buenas familias pobres. Pasado un tiempo él se fue a Angola, con un buen contrato de trabajo, había estudiado y preparado para obtener ahora los beneficios de su esfuerzo, por eso era un hombre culto, no un patán brutamontes, casi casi, un mirlo blanco. Él partió primero tenía que preparar todo concienzudamente para llevarse a su estrenada esposa, ella esperó en casa de su madre, esta con mucho esfuerzo le preparo algunas cosas más para enriquecer el ajuar que ya empezara a atesorar desde la más tierna edad de la muchacha, Meli contaba los dias para el deseado reencuentro con su amor, papeles, vacunas, compras de última hora, no quería descuidar nada, primero salieron los baules, después de unos meses de espera llegó la buena noticia, ya podía partir! El viaje aunque pesado, a ella le resultó leve, que el corazón tiene alas!
El recibimiento fue frio (tuvo un mal día pensó, la infeliz) la casita era acogedora, estaba limpia y ordenada, pero cuando abrió los baules que la precedieran, los armarios y otros detalles que cualquier mujer nota, el mundo se le cayó encima, allí estuviera "OTRA" llegaron las lágrimas después la recriminaciones que le dictaba el dolor, por arte de mágia, nacieron las primeras bofetadas, ella en un arrebato quemó en el patio todo lo que fuera utilizado, las consecuencias fueron nuevos golpes. Sola en la lejanía, dolorida, inexperta, casi perdida empezó su nueva vida, después cuando llegaron los hijos trageron bálsamo para su ser dolorido. La madre nos reproducía las mentiras piadosas que la hija le narraba en sus cartas, pocas, pues temía que el dolor la traicionase y contar algo que denotase su desgracia.
Las cosas cambiantes de la política, dieron al traste con los planes y aquellos que se fueron un día buscando oportunidades en otras tierras, regresaron, Meli naturalmente también volvió; llegaron a Chaves y se instalaron en la casa materna, pequeña, humilde, con tabiques como papel de fumar, la madre pudo constatar, que el cuento de hadas era eso, un cuento, ya eran dos a callar, que sufrir sufrian todos, los hijos nunca son ignorantes de estas cosas; en casa de la suegra, los golpes se sustituyeron por malas palabras, humillaciones, malos gestos, diciéndolo sin tapujos, maltrato psíquico, el físico venía cuando la madre tenía que ausentarse, ellas no querian ofrecer oportunidades, al maltratador, pero siempre hay un horario alterado un atrasarse en la vuelta del trabajo o un descuido, ahí el depredador encontraba su ocasión; por todo esto el brillo de sus ojos se apagara en Africa, la figura erguida estaba humillada, nada de esta mujer recordaba la niña ilusionada de la partida.
Un día, que Doña Amelia saliera, Meli estaba buscando algo en un baul de madera, él llegó y aprobechó el momento, sin mediar palabra la golpeó con la tapa, cayendo sobre las cervicales, siguió haciendo presión, Doña Amelia o la buena suerte personificaba entró en aquel momento, lo empujó diciéndole:
- Ladrón, quieres matar a mi hija?!
Él salió de casa, como alma que lleva el diablo, este momento marcó otra etapa, el ambiente familiar estaba siempre mas cargado, tenso, ellas callaban avergonzadas, doloridas, anuladas, él en la calle y en el trabajo seguía siendo un caballero, correcto, educado, nadie sospechaba de sus tormentas interiores, que descargaba en el hogar.
En una de esas fortuitas agresiones que sucedieron con posterioridad a lo anteriormente relatado, me tocó constatar con horror las consecuencias, Meli nos contó que le había aprisionado el pecho contra la puerta, la mama estaba completamente negra, endurecida, Dios mío! una zona tan sensible, de aquella no se denunciaba, es más si se necesitaba acudir a un profesional de la medicina, se mentía, se callaba y se llegaba a decir, si lo hace es que las merece, es decir se disculpaba al culpable y se acusaba a la víctima.
Pasado un tiempo, este ser indigno y despreciable, quizás enfermo, no lo sé, decidió marcharse, claro que la economía se resintió pero la paz, no tiene precio. Pasado mucho tiempo y después de curar sus heridas físicas y también psíquicas, Meli emigró, conoció el amor, una relación serena, para mucha gente desviada o antinatura, su pareja también es una mujer. Dicen las estadísticas que muchas maltratadas terminan por perder la confianza en los hombres y cambian sus tendéncias.
Fe Alvarez
10 dezembro 2009
Discursos sobre a cidade
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